5. El Hilo Invisible, de Paul Thomas Anderson

4. Call Me By Your Name, de Luca Guadagnino

Mención aparte a dos de las escenas más emotivas que he visto en mucho tiempo, la conversación de Elio con su padre y el plano final de la película.
3. Vengadores: Infinity War, de Anthony Russo y Joe Russo.
Hací unos cuantos años que no ponía una película de superehéroes en mi top de películas. Y puede que me esté viniendo un poco arriba poniendo Infinity War tan alto, pero es que lo gocé como un niño en la sala. La forma de realizar el crossover entre los Vengadores y Los Guardianes de la Galaxia no se siente forzada y artificial, y es consecuente con lo que se ha visto en las películas anteriores del universo cinemático Marvel. Es como el capítulo final de una larga temporada de una serie. ¿Por qué esta película de superhéroes me parece algo más? Primero, por brindarnos a uno de los villanos más interesantes en bastante tiempo, ya que Thanos roba todas las escenas en las que aparece, y es un cabrón neomalthusianista bastante creíble.
El humor en su justa medida, la épica de algunas escenas, el bueno montaje a la hora de narrar lo que ocurre en Wakanda a la ves que se narra lo que ocurre en el espacio, la partitura de Alan Silvestri, y esos hechos finales que dejaron de piedra a toda la sala, probablemente reversibles, pero desde la primera escena en la nave asgardiana, ofrece un buen entretenimiento juntando lo que ocurre en las 18 películas anteriores. No, no es una película de cine de autor, pero hacía tiempo que no salía así de una sala de cine
2. Yo, Tonya, de Craig Gillespie
Otro biopic diferente es este de la patinadora Tonya Harding, una patinadora de origen humilde que llegó lejos en el deporte, pero que se vio implicada en un complot acerca de un matón que lesionó a su mayor rival de cara a las Olimpiadas de 1994.
Antes que nada destacar el papelón que se marca Alisson Janney, quién hace de la repulsiva y cruel madre de Tonya, que la agrede y le muestra su más profundo desprecio, lo que es clave en cómo va creciendo el personaje de Tonya. Tiene algunas escenas duras y muy bastas, y se agradece que no se intente dulcificar la peli en ningún momento. Margot Robbie y Sebstian Stan bordan los papeles de los excéntricos protagonistas, narrando una relación amor muy tóxica que al final contamina la carrera deportiva de Tonya.
Y es que al final, la recreación de las escenas de los JJOO de 1994 está bastante lograda, y además es relativamente fiel a la vida de la patinadora. Es una clásica historia de ascensión y caída, pero es tan entretenida y está tan bien narrada que está por encima de ser un mero biopic.
1. Tres Anuncios en las Afueras, de Martin McDonagh.
La mejor película que vi el año pasado fue este thriller ácido y costumbrista, que narra la cruzada de una madre por encontrar al violador y asesino de su hija, reclamando más acción de la policía colocando unos anuncios. Todas las interpretaciones son brutales en esta película, y los Oscar a Frances McDormand y Sam Rockwell son más que merecidos. Probablemente se merecía bastante más llevarse el Oscar a la Mejor Película antes que bonita pero predecible La Forma del Agua.
La película no sigue un hilo narrativo clásico, y la trama de un thriller al uso. No es tan importante la búsqueda del asesino en sí, sino mostrarnos el dolor y la rabia de la madre, y el funcionamiento de la policía, en particular de un policí bastante paleto, racista, machista, etc... La película juega el contrapunto humorístico con las apariciones de Peter Dinklage, como pretendiente de la protagonista, así como el ex-marido de Mildred y su novia de 18 años, con una hilarante escena en un restaurante.
El final abierto es sublime.
3. Vengadores: Infinity War, de Anthony Russo y Joe Russo.

El humor en su justa medida, la épica de algunas escenas, el bueno montaje a la hora de narrar lo que ocurre en Wakanda a la ves que se narra lo que ocurre en el espacio, la partitura de Alan Silvestri, y esos hechos finales que dejaron de piedra a toda la sala, probablemente reversibles, pero desde la primera escena en la nave asgardiana, ofrece un buen entretenimiento juntando lo que ocurre en las 18 películas anteriores. No, no es una película de cine de autor, pero hacía tiempo que no salía así de una sala de cine
2. Yo, Tonya, de Craig Gillespie

Antes que nada destacar el papelón que se marca Alisson Janney, quién hace de la repulsiva y cruel madre de Tonya, que la agrede y le muestra su más profundo desprecio, lo que es clave en cómo va creciendo el personaje de Tonya. Tiene algunas escenas duras y muy bastas, y se agradece que no se intente dulcificar la peli en ningún momento. Margot Robbie y Sebstian Stan bordan los papeles de los excéntricos protagonistas, narrando una relación amor muy tóxica que al final contamina la carrera deportiva de Tonya.
Y es que al final, la recreación de las escenas de los JJOO de 1994 está bastante lograda, y además es relativamente fiel a la vida de la patinadora. Es una clásica historia de ascensión y caída, pero es tan entretenida y está tan bien narrada que está por encima de ser un mero biopic.
1. Tres Anuncios en las Afueras, de Martin McDonagh.

La película no sigue un hilo narrativo clásico, y la trama de un thriller al uso. No es tan importante la búsqueda del asesino en sí, sino mostrarnos el dolor y la rabia de la madre, y el funcionamiento de la policía, en particular de un policí bastante paleto, racista, machista, etc... La película juega el contrapunto humorístico con las apariciones de Peter Dinklage, como pretendiente de la protagonista, así como el ex-marido de Mildred y su novia de 18 años, con una hilarante escena en un restaurante.
El final abierto es sublime.